Este 27 de enero se conmemora el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, un símbolo de los horrores del fascismo y de la barbarie nazi. En este lugar, donde el odio y la opresión alcanzaron su máxima expresión, millares de vidas fueron brutalmente truncadas, incluyendo las de 30 palentinos que sufrieron la inhumana experiencia de la deportación y el encarcelamiento en este campo de concentración.
La liberación de Auschwitz por parte del
Ejército Rojo en 1945 marcó un hito en la lucha por la dignidad humana y la
justicia. Fue gracias a
la valentía de los soldados soviéticos, hombres y mujeres que lucharon contra
el nazismo bajo la bandera de la clase trabajadora, que se logró poner fin a
uno de los capítulos más oscuros de la historia moderna. Esta victoria no solo
supuso la liberación de los presos, sino también un triunfo de los ideales
comunistas de solidaridad y resistencia frente al fascismo.
Entre los más de un millón de víctimas
de Auschwitz se encontraban personas de todas las edades, credos y orígenes.
Sin embargo, la memoria histórica debe destacar a quienes resistieron y
lucharon desde sus convicciones políticas. Entre los 30 palentinos que
sufrieron en Auschwitz, muchos eran militantes republicanos que, tras luchar
contra el franquismo en España, se vieron obligados al exilio, solo para
caer en las garras del régimen nazi. Estos hombres y mujeres simbolizan el
compromiso de los pueblos con la libertad y la justicia, sacrificando sus vidas
en la lucha contra las fuerzas reaccionarias.
Hoy, en un contexto en el que el auge de
la ultraderecha amenaza con resurgir bajo nuevas formas, recordar Auschwitz y a
los palentinos que pasaron por sus barracones es más importante que nunca. La
memoria no puede ser neutral: debe ser un arma al servicio de las luchas
presentes. La conmemoración de la liberación de Auschwitz no es solo un
homenaje, sino un recordatorio de que el fascismo es el enemigo declarado de la
clase trabajadora y de que solo la unidad popular puede frenar su avance.
En Palencia, donde el olvido parece haber sido instalado en muchas ocasiones, es necesario reivindicar estos capítulos de la historia local y universal. Las vidas de aquellos palentinos no deben caer en el silencio. Son un recordatorio de la importancia de la organización política y de la resistencia como herramientas para combatir las desigualdades y las injusticias.
En este día y en tiempos convulsos la
memoria de Auschwitz es también la memoria de la lucha comunista, de quienes se
alzaron contra la opresión y dieron su vida por un mundo mejor. La victoria
sobre el fascismo en 1945 nos recuerda que, aunque el camino sea difícil, la
resistencia colectiva siempre es posible.